jueves, 26 de agosto de 2010

¿Expulsados por ilegales o por gitanos?

El gobierno francés ha vuelto a repatriar hoy del país a 300 gitanos rumanos, lo que hace ascender la cifra anual a más de 8.000 personas. Estas repatriaciones han provocado un gran revuelo y han sido rechazadas por organizaciones internacionales como la UE o la ONU. En cambio, el 48% de la población francesa se muestra de acuerdo, a pesar de las imágenes en las que se mostraba el trato que se les daba a los desalojados, que sin lugar donde vivir, terminan aceptando una repatriación por la que cobran 300 euros.

El primer ministro francés, François Fillon, argulle que el problema es la falta de integración de estas personas en su propio país y que su prioridad es la seguridad de los niños que son utilizados por redes de delincuencia. Sin embargo, no parece preocuparse por la situación en la que viven en su país de origen. Al fin y al cabo, eso ya no es su problema...

Y es que la situación en Rumanía o Bulgaria (de donde proceden la mayoría de los gitanos emigrados a Francia) es peor si cabe. En ambos países sufren discriminación y rechazo: 7 de cada 10 rumanos no quieren que un gitano forme parte de su familia y, según un estudio de 2009, la mayoría de búlgaros los califican como "ladrones". Si a esto se le añade el golpe que supuso la crisis a la economía rumana, con un recorte del 25% del salario de los funcionarios rumanos frente al 5% de los españoles, nos da una idea de cómo viven en su país.


Que Francia no es el mejor ejemplo de integración, es algo que creo que todos sabíamos. Pero en los últimos días se está superando. Italia parece que quiere seguir su estela y mejorarla: pretende expulsar (que no repatriar voluntariamente como Francia) a los gitanos que no tengan ingresos. En España la situación parece diferente, estas actuaciones ni se plantean y algunas asociaciones de gitanos piden al gobierno que se pronuncie sobre lo ocurrido en el país vecino. Por una vez parece que damos ejemplo... por ahora.