Hoy tenía que ser un día alegre en Aragón. Hoy quería hablar de motos, de lo importante que es el Gran Premio para Alcañiz, para un Teruel que se pone en el mapa.
Pero no. Esta noche a muerto José Antonio Labordeta y estas letras se escriben con un nudo en la garganta. Porque nos ha dejado uno de los aragoneses más ilustres, uno de los que siempre ha llevado en nombre de Aragón por bandera. Porque pocos se han batido por Aragón como lo hizo él. Y, personalmente, porque uno de los momentos más emocionantes de muchos zaragozanos (y también mío) tuvo lugar hace un par de años, en un pregón en el que todos los que estábamos allí terminamos cantando como una sola voz uno de sus (muchos) himnos: Somos.
Pero no. Esta noche a muerto José Antonio Labordeta y estas letras se escriben con un nudo en la garganta. Porque nos ha dejado uno de los aragoneses más ilustres, uno de los que siempre ha llevado en nombre de Aragón por bandera. Porque pocos se han batido por Aragón como lo hizo él. Y, personalmente, porque uno de los momentos más emocionantes de muchos zaragozanos (y también mío) tuvo lugar hace un par de años, en un pregón en el que todos los que estábamos allí terminamos cantando como una sola voz uno de sus (muchos) himnos: Somos.
Solo una cosa más antes de dejaros con su música. Esta tarde a las 6 se abre la capilla ardiente, que mañana se mantendrá durante todo el día. Además el ayuntamiento de Zaragoza ha decretado tres días de luto oficial.
Somos. José Antonio Labordeta.