"Yo veo ansia de cambio en la gente". No, no es Mariano Rajoy el que habla, sino el fotoperiodista Manu Brabo en una conferencia esta tarde. En ella ha intentado dar una imagen de los medios de comunicación en el mundo árabe tras las revoluciones que este año han sacudido los países árabes junto al periodista Gervasio Sánchez y Gema Martínez de Espronceda, profesora de la Universidad de Zaragoza.
Manu Brabo, Gema Martínez y Gervasio Sánchez |
Los medios de comunicación son testigos y protagonistas, según Martínez de Espronceda, de la transición en Túnez, tal y como ocurrió en España con el llamado "parlamento de papel". Este protagonismo contrasta con la situación de los medios de comunicación durante la dictaduras de Ben Alí, en las que la censura hizo que las manifestaciones no aparecieran en la prensa. La situación difiere mucho de la de Egipto, donde el ejército sigue en el poder y los medios no pueden comunicar libremente.
Para Gervasio Sánchez, el gran cambio comunicativo respecto a otras guerras en países árabes es la existencia de medios de comunicación propios. Si antes la CNN era la televisión que informaba a todos (desde la perspectiva de EEUU, claro), hoy hay canales árabes de televisión como Aljazeera o Alarabiya que dan otro punto de vista. Esto no quiere decir que no estén manipulados o usados como propaganda, pero las personas árabes los encuentran más cercanos.
Los medios de comunicación son, para Manu Brabo, un elemento de propaganda, solo que algunos lo saben utilizar y otros no. Brabo ha contado su experiencia en Libia: mientras que el gobierno de Gadafi solo permitía grabar lo que él autorizaba, los rebeldes no ponían límites al trabajo de los periodistas, incluso les ayudaban proporcionando conexiones a Internet para mandar sus crónicas. Claro que cuando los rebeldes llegaron al poder empezaron los "tropezones": no se dejaba informar de algunas cosas, se cerraron puertas...
En lo que todos han coincidido es en que es difícil saber qué va a resultar de estas revoluciones. Lo que parece seguro es que los intentos de cambiar todo para no cambiar nada como los del ejército egipcio están abocados al fracaso. "Su tenacidad puede llevarles a conseguirlo" ha dicho Manu Brabo. Pero para Gervasio Sánchez hay otro factor a tener en cuenta: el comportamiento de las democracias occidentales. Las mismas que estuvieron haciendo negocios con los regímenes derribados hasta el último momento.