Me llamó la atención en especial la entrevista a Pedro Schwartz, un economista liberal. En ella explicaba que el estado de bienestar que "disfrutamos" en la actualidad es demasiado amplio y que muchas veces la población lo malgasta o directamente se aprovecha de él, como en el caso de las bajas, la sanidad, etc. La solución para él es clara: que cada uno la pague de su bolsillo. Como eso duele más, lo controlaremos mejor.
No parece que se le haya pasado por la cabeza a este señor que en lugar de pagar cada uno lo suyo se pueda enseñar a la gente que lo público no es que no sea de nadie, sino que es de todos. Algo que, por cierto, muchos tenemos aprendido ya, pero parece que para Schwart no es suficiente. En eso un poco de razón si que tiene, vista la cantidad de contenedores que se queman en Zaragoza, por ejemplo. El problema es que eso sería una materia para Educación para la Ciudadanía, una asignatura que no tiene demasiado predicamento por algunos lares. No, mejor que quien pueda pague y quien no, allá él.
El Roto, hoy en El País |
Que nadie crea que eso fue lo más alucinante que se escuchó ayer. Dentro de esta entrevista se emitió una pieza en la que se preguntaba a varias personas si les parecían bien los recortes. A priori, todos decían que claro que no. Después les decían que si en vez de tener bomberos públicos, sería más barato tener una mutua privada. Y ahí ya no les parecía tan mal. A nadie se le ocurría qué pasaría si, por ejemplo, un vecino no estuviera asegurado y se incendiara su casa: el fuego se extendería hasta que llegara a una casa que sí lo estuviera. Pero, ¡qué más da! Será su culpa, por no tener dinero para pagar.
Se les ponía otro ejemplo, la luz de las farolas. ¿Para qué van a estar encendidas toda la noche si la mayor del tiempo no sirven para nada? Mucho mejor que quien pase eche un par de céntimos y se enciendan. Que con eso se ahorra y hay menos calentamiento climático y tal. Y a todo el mundo le parecía estupendo, nadie pensaba que se pudiera hacer lo mismo teniendo un botón para que se encendieran, con lo que se ahorraría y todo el mundo podría permitírselo.
Quiero pensar que estas reacciones se debían a los nervios de estar delante de una cámara y no a que la mayor parte de la gente sea (seamos) tan crédulos y tan poco solidarios. Claro, que eso explicaría porqué se realizan estos recortes. No olvidemos que la gente que nos gobierna es a la que ha votado la mayoría. Y muchos de nuestros políticos llevan el suficiente tiempo agarrados a una poltrona como para que no los conozcamos.