El día 23 de septiembre todas las miradas estarán puestas en la ONU. El próximo viernes Mahmud Abbas, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina pedirá a la Asamblea General que reconozca a Palestina como un estado de pleno derecho. Por ahora, es solo una institución con invitación permanente, sin derecho a voto y como tal quiere que permanezca Israel. Israel se niega al cambio y su primer ministro, Benjamin Netanyahu, hablará tras Abbas para pedir el voto negativo.
Mahmud Abbas, hoy durante el anuncio de la petición del reconocimiento de Palestina como Estado. EL PAÍS / Tara Todras-Whitehill (AP) |
La última palabra, en todo caso, la tendrán Estados Unidos. Si la Asamblea General aprueba el reconocimiento, y tiene asegurados suficientes votos a favor (entre ellos muy probablemente el de España), la petición pasará por las manos del Consejo de Seguridad. De sus cinco integrantes, Rusia y China votarán favorablemente y Francia y Gran Bretaña se abstendrán. Así, la pelota queda en el campo de EEUU.
Y he ahí el mayor problema para la creación de Palestina: Estados Unidos dirá no. Aunque en los últimos años se haya alejado un poco de Israel (como con la propuesta de un diálogo basado en las fronteras entre los dos países en 1967), siguen siendo aliados y tras la caída de apoyos importantes de Estados Unidos en la zona (como el presidente egipcio Mubarak) no es momento de perder a otro, aun a costa de empeorar su imagen entre los nuevos gobiernos surgidos de las revoluciones árabes. Según EEUU, la única manera de que Palestina llegue a ser un Estado es a través de unas negociaciones con Israel, tal y como estipulan los Acuerdos de Oslo. Los mismos acuerdos, por otra parte, que en 2002 el entonces ministro de Asuntos Exteriores Netanyahu, declaró "nulos" tras un atentado en Hebrón.
Israel sí parece dispuesto a aumentar el estatus de Palestina según Haaretz, aunque no explica cómo. Seguramente su posición sea la misma que la del Vaticano: el de Estado observador. Así, Palestina podría denunciar a Israel ante la Corte Penal Internacional, por lo que una de los compromisos que deberá aceptar para conseguirlo es no denunciar a su vecino.
La disposición de Israel de aceptar esta mejora choca con la publicación en las últimas semanas de una serie de vídeos en la que el viceministro de Exteriores de Israel, Danny Ayalon, habla sobre la creación de Israel y la ilegitimidad de un futuro Estado Palestino. Estos vídeos (uno sobre Cisjordania y otro sobre los procesos de paz) se presenta a Israel como la víctima de sus vecinos árabes, negando la legalidad de las fronteras de 1967, pidiendo que los territorios ocupados se denominen "disputados" o diciendo que Israel le ofreció en 1998 el 100% de los territorios palestinos a Arafat y este los rechazó.
Sin embargo, Israel no puede dejar pasar la ocasión de acercarse a Europa aunque esto le cueste que Palestina esté más cerca de ser un Estado. Israel también ha perdido a Mubarak como aliado y con Turquía saltan chispas desde el ataque a una flotilla de Gaza y la muerte de ciudadanos turcos. No es momento de enemistarse con más gente.
Sin embargo, Israel no puede dejar pasar la ocasión de acercarse a Europa aunque esto le cueste que Palestina esté más cerca de ser un Estado. Israel también ha perdido a Mubarak como aliado y con Turquía saltan chispas desde el ataque a una flotilla de Gaza y la muerte de ciudadanos turcos. No es momento de enemistarse con más gente.
El viernes, tanto Israel como Palestina se jugarán su futuro.
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