Ayer saltó la noticia: un congoleño residente en Bélgica ha pedido que sea retirado de la venta el segundo album de Tintín o que se inserte una nota explicando el contexto en el que fue dibujado. El juicio en estos momentos está paralizado ya que la editorial Moulinsart ha pedido que Bienvenu Mbutu Mondondo, el demandante, deposite una fianza por si tuviera que pagar las costas y estuviera fuera del país. Hasta que no tenga lugar, el proceso seguirá paralizado.
Pero la cuestión por la que lo traigo aquí es otra: ¿es realmente necesario decir que es racista? Desde casi las primeras viñetas es palpable el tufillo paternalista... típico de la Bélgica de los años 30. Desde luego, "Tintín en el Congo" no puede ser leído como la mayoría de los tebeos de Tintín ("Los cigarros del faraón", "Las joyas de la Castafiore") como una simple historieta, sino como la propaganda que es (al igual que, no lo olvidemos, "Tintín en el país de los soviets").
Hergé en realidad no quería hacer una aventura en el Congo, él pensaba ya en la siguiente historia, "Tintín en América", y fue la editorial quien pidió que lo hiciera para intentar que los belgas (que se habían encontrado siendo metrópolis del Congo casi sin comerlo ni beberlo, como donación del "gran" Leopoldo II) se sintieran responsables del lugar. Nadie en el momento lo encontró racista, porque la sensibilidad entonces era muy diferente a la de hoy.
¿Es necesario saber todo esto para entenderlo? Quizá sí, aunque vivamos en una sociedad en la que la información está al alcance de la mano y casi cualquiera pueda tenerla. ¿Pero es imprescindible retirarlo de la venta? Ahí discrepo totalmente. ¿Cómo vamos a conocer cuáles eran los pensamientos de nuestros abuelos si retiramos todo lo que repudiamos? Sinceramente, creo que este album tendría que leerse para ponernos en frente de todas esas afirmaciones racistas y darnos cuenta de la barbaridad que son.
Por cierto, para reconciliarnos con Hergé después de "Tintín en el Congo", lo mejor es leer "El loto azul". Nada que ver...
Pero la cuestión por la que lo traigo aquí es otra: ¿es realmente necesario decir que es racista? Desde casi las primeras viñetas es palpable el tufillo paternalista... típico de la Bélgica de los años 30. Desde luego, "Tintín en el Congo" no puede ser leído como la mayoría de los tebeos de Tintín ("Los cigarros del faraón", "Las joyas de la Castafiore") como una simple historieta, sino como la propaganda que es (al igual que, no lo olvidemos, "Tintín en el país de los soviets").
Hergé en realidad no quería hacer una aventura en el Congo, él pensaba ya en la siguiente historia, "Tintín en América", y fue la editorial quien pidió que lo hiciera para intentar que los belgas (que se habían encontrado siendo metrópolis del Congo casi sin comerlo ni beberlo, como donación del "gran" Leopoldo II) se sintieran responsables del lugar. Nadie en el momento lo encontró racista, porque la sensibilidad entonces era muy diferente a la de hoy.
¿Es necesario saber todo esto para entenderlo? Quizá sí, aunque vivamos en una sociedad en la que la información está al alcance de la mano y casi cualquiera pueda tenerla. ¿Pero es imprescindible retirarlo de la venta? Ahí discrepo totalmente. ¿Cómo vamos a conocer cuáles eran los pensamientos de nuestros abuelos si retiramos todo lo que repudiamos? Sinceramente, creo que este album tendría que leerse para ponernos en frente de todas esas afirmaciones racistas y darnos cuenta de la barbaridad que son.
Por cierto, para reconciliarnos con Hergé después de "Tintín en el Congo", lo mejor es leer "El loto azul". Nada que ver...
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