viernes, 28 de enero de 2011

La... Ley Sinde (los adjetivos os los dejo a vosotros)

El lunes pasado PP, CIU y PSOE llegaron a un acuerdo para resucitar la Ley Sinde, a la que el PP se opuso con fuerza, posicionándose durante meses a favor de los internautas. El Partido Popular asegura que su cambio de estrategia permitirá que se refuercen las garantías judiciales. Para los que no conozcan el contenido de este proyecto, se pretende crear un organismo dependiente del Ministerio de Cultura que decida qué páginas incumplen la ley y deben ser advertidas, sancionadas o cerradas. La comisión será extrajudicial, lo que a muchos no les convence (como a Alejandro Touriño, Responsable del Área de 'Information Technology' de Ecija Abogados), mientras que otros (como Alejandro Sanz) apoyan sin fisuras la ley.

Un día más tarde del acuerdo, dimitió Alex de la Iglesia, director de la Academia de Cine. De la Iglesia, que en un primer momento estuvo de acuerdo con la ley, se preocupó por conocer los puntos de vista de creadores e internautas. Finalmente, el 21 de enero entregó a la ministra de Cultura un texto alternativo creado por el abogado David Maeztu en el que se recogían algunas de las críticas de los internautas, en especial que solo un juez pueda cerrar una página. Sin embargo, no se llegó a un acuerdo sobre esta redacción, que hoy ya es papel mojado.
Diseñado por Nicolás Soto para apoyar a Alex de la Iglesia

Los apoyos a Alex de la Iglesia han llegado desde todas partes: directores de cine como Santiago Segura, o Nacho Vigalondo, escritores como Arturo Pérez-Reverte (que ha tenido una curiosa iniciativa: colocar en su perfil una foto con una nariz de payaso como la que tiene Alex de la Iglesia), políticos como Cayo Lara y multitud de internautas le han enviado mensajes reconociendo su labor y criticando la posición de los políticos en este asunto, en especial la de la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde.

La Ley Sinde es una ley polémica... y para muchos inútil. Javier Pedreira, autor del blog "Microsiervos", explica en La Voz de Galicia que desde el punto de vista técnico no es útil porque "por cada sitio de intercambio de enlaces o archivos que se cierre aparecerán quién sabe cuántos más. Pone como ejemplo el caso de Wikileaks: cuando el gobierno francés intentó bloquear la página, Wikileaks ya estaba alojada en Suecia, Alemania, Finlandia y Países Bajos. Pero que no sea útil no acaba con su tramitación, ni con la polémica.

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