Pocos y dispersos. Así son los aragoneses. Y no solo los habitantes, sino que sus bienes también están dispersos por todo el mundo, como el Vidal Mayor, que está en California. Otros están más cerca, en Lérida. El problema es que estos bienes son de la diócesis de Barbastro-Monzón, que los lleva reclamando 15 años.
Por eso ayer miles de personas se concentraron en la plaza del Pilar de Zaragoza, para reclamar que les devuelvan lo suyo. Esos bienes no solo son de la Iglesia, sino de los habitantes de los pueblos, que tienen que ir a Lérida a ver las obras de arte que la justicia eclesiástica y civil certifican que son suyas.
La cita fue ayer, coincidiendo con la visita del Papa a Barcelona, en un intento de hacerse oír. Sin embargo, sólo la prensa regional aragonesa y La Vanguardia se han hecho eco de una manifestación en la que se estima que participaron 4000 personas. Ni siquiera cuando son muchos y juntos se oye su grito de "justicia y dignidad". Esperemos que algún día no haya falta pedirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario