Hace dos semanas se instalaron las primeras jaimas del campamento Gdeim Izi, a pocos kilómetros de la capital saharaui, El Aaiún. Hoy, más de 10.000 saharauis se concentran allí para pedir a las autoridades marroquíes mejoras en el acceso al trabajo y la vivienda de los saharauis y que los recursos naturales que explota Marruecos en la zona beneficien a los saharauis.
Lo que comenzó como una protesta pacífica se ha ido tensándose. La policía marroquí ha montado un puesto de vigilancia a la entrada. Lo peor llegó el domingo, cuando un joven de 14 años, Nayem El Gareh, murió por los disparos de la policía. El vehículo en el que viajaba junto a su hermano se saltó el control y según el portavoz del gobierno, Khalid Naciri, abrió fuego contra los guardias, que actuaron en légitima defensa disparando y matando al chaval. Además, los otros tres hombres que viajaban con él fueron heridos.
Al día siguiente, Nayem fue enterrado con la sola presencia de su padre, su tío, un primo y varios policías. El resto de la familia, entre ellos su madre, no pudo verlo.
Los saharauis pueden entrar en los campamentos pasando el control, pero no la prensa, como cuenta la corresponsal de El Mundo. Es más, el pasado lunes la Royal Air Maroc (compañía aérea marroquí) impidió que seis periodistas españoles y un cámara marroquí viajaran a El Aaiún para cubrir la manifestación. Las razones que dio fueron que los billetes fueron anulados, aunque no se sabe quién.
Aunque la razón de la protesta son las mejoras en las condiciones de vida en el Sahara Occidental, en el fondo está la cuestión de la ocupación de la antigua colonia española por parte de Marruecos. Las reivindicaciones tienen lugar en las mismas fechas en las que Christopher Ross, el enviado personal del secretario general de Naciones Unidas para el Sahara, visita la zona. Durante el viaje, en el que hizo paradas en Tinduf y Rabat, declaró que las negociaciones sobre el Sahara tendrán lugar a partir del próximo 3 de noviembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario