Periodistas que nunca desaparecen

Alfonso Armada nació en Vigo (1958), estudió periodismo y teatro en Madrid. Ha trabajado en diarios como Faro de Vigo, El País y ABC, principalmente como corresponsal. Ha cubierto el cerco de Sarajevo, el genocidio de Ruanda y eventos de toda índole en países africanos como la República Democrática del Congo, Liberia, Angola, Mozambique, Sudán o Somalia. Cubrió el ataque contra las Torres Gemelas porque cuando se produjo se encontraba en Nueva York trabajando (donde ha pasado siete años). Ha publicado Cuadernos africanos (1998 y 2002); España, de sol a sol (2001) y El rumor de la frontera (2006), ambos con fotografías de Corina Arranz (2001), Diccionario de Nueva York (2010), todos en Península. También Nueva York, el deseo y la quimera (Espasa Calpe, 2007), con Gonzalo Sánchez-Terán, El silencio de Dios y otras metáforas. Una correspondencia entre África y Nueva York (Trotta, 2008). También ha escrito teatro y poesía, y ha obtenido numerosos galardones.

José Martí

Gómez ejerce el periodismo desde 1966. Le dieron el premio Manuel del Arco por sus entrevistas en el semanario Por favor y dos veces el premio Ciudad de Barcelona de periodismo. José Martí ha trabajado con todos los géneros periodísticos. Ha trabajado durante cinco años como corresponsal en Londres de la Cadena SER y, actualmente, trabaja en la sección de opinión de La Vanguardia y en el Bestiario de Horal 25. Además de dedicarse al periodismo, se dedica a la literatura: ya ha escrito diez libros entre los que destacan Amor y sangre en la oficina e Historias de asesinos: crónica del crimen en España desde 1970 hasta nuestros días.

Ramón Lobo, nacido en Lagunillas, Zulia, Venezuela en enero de 1955 es un periodista y escritor español. Estudió periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y, desde que se licenció, ha trabajado en medios como la agencia Pyresa, Radio Intercontinental, El Heraldo de Aragón, Radio 80, Actual, La Voz de América, Expansión, Cinco Días, La Gaceta de los Negocios y El Sol.

A partir de 1992 comenzó a ejercer de corresponsal de guerra para el periódico El País. Ha recibido el XVIII Premio de periodismo Cirilo Rodríguez y actualmente mantiene un blog de gran reconocimiento.